WEDDING PLANNER NAVARRA ERASE UNA BODA

# WEDDING PLANNER NAVARRA

# ERASE UNA BODA

Continuamos nuestro viaje por el 2021 llegando a Cantabria, al Casón de La Marquesa. Ya fuimos en primavera y tuvimos la suerte de diseñar y visualizar el bodorrio que crearíamos para Tamara y Jaime allí.

(Seguimos a la espera de los súper fotones de Rubén Santos, pero mientras, no queríamos dejar de enseñaros el bodorrio con las nuestras)

Un soleadísimo 4 de Septiembre, vestimos el Casón de la Marquesa de rosas rojas y temática viajera mientras unos guapísimos novios se preparaban junto a sus damas y caballeros de honor.

Con Tamara empezamos a emocionar desde sus preparativos, sus damas y sus padres la esperaron y cuando apareció, las lágrimas de todos los afortunados presentes, no pudieron contenerse.

En un precioso jardín lleno de rosas rojas y con una cuidada temática viajera, los invitados esperaron pacientes a los novios. Fue una ceremonia cortita pero llena de emoción de principio a fin, marcada por el ritual de la rosa como no podía ser de otra manera. Los novios se recitaron sus votos ante un público emocionado a más no poder.

La temática viajera junto a las rosas, enlazaron el día al completo. Después de la ceremonia, un cuidado y divertido seating plan en el que cada invitado debía buscar su maleta y con ella, su destino, hizo reír a todos los presentes que se fueron sentando de forma animada en sus mesas. Allí les esperaba el centro viajero que con tanto cariño habíamos diseñado para ellos.

FIESTA

Entonces empezó la fiesta. Familiares y amistades, dieron todo desde el cocktail, haciendo que la boda fuera una fiesta desde ese momento. Gracias a Óscar y su electroviolín y a Pablo el DJ, el dia estuvo lleno de música y baile.

Un Candy Bar que quitaba el sueño, la recena y mucho, pero que muucho baile, cerraron por todo lo alto un día de ensueño.

Servidora, después de pasar todo el día con la lágrima cada vez que veía los ojos de la novia llenos de emoción, terminó siendo una dama de honor más y bailando con ellas hasta el fin de la música.

De esa boda, nos llevamos muchas cosas. Un diseño precioso, que definía a la perfección a los novios y que encantó a todo el mundo. Unos invitados de diez que nos hicieron sentir parte de ellos, y prueba de ello es que todos los proveedores nos quedamos bailando hasta el final. Unos novios felices a rabiar, emocionados y disfrutones. Y sobre todo, el cariño y el agradecimiento de una pareja a la que le queda todo un precioso camino de rosas rojas y viajes interminables junto a sus dos inseparables de cuatro patas.